El cabello es importante en toda persona y suele ser sinónimo de vitalidad, belleza y energía, contribuyendo, entre otros factores, en la auto estima y en el logro de una imagen exitosa socialmente.
Sin embargo, entre los 30 y 40 años se inicia en algunas personas la crisis asociada a la aparición de canas y la debilidad capilar, comenzando una crisis ante la modificación de la propia imagen. ¿Qué hacer para prevenir el impacto de la fragilidad capilar?
Aunque las mujeres no están exentas, entre los hombres la fragilidad capilar puede conducir a la calvicie, ya que este proceso no sólo se desencadena por factores genéticos, sino múltiples factores medioambientales como las toxinas, la contaminación y el estrés, los que afectan el cuero cabelludo y debilitan el cabello, acelerando eventualmente su caída, lo cual resulta muchas veces traumático.
Aunque las mujeres no están exentas, entre los hombres la fragilidad capilar puede conducir a la calvicie, ya que este proceso no sólo se desencadena por factores genéticos, sino múltiples factores medioambientales como las toxinas, la contaminación y el estrés, los que afectan el cuero cabelludo y debilitan el cabello, acelerando eventualmente su caída, lo cual resulta muchas veces traumático.
La caída de cabello puede ser temporal o definitiva.
La caída temporal, con cuidados y productos apropiados, puede revertirse. La caída definitiva, es irreversible; puede anticiparse por problemas médicos específicos, al igual que puede retardarse con cuidados oportunos. Por ello es importante buscar asesoría y efectuar oportunamente un buen diagnóstico de la realidad capilar, invirtiendo en tratamientos y productos que contribuyan en la salud capilar y prevengan el fenómeno de la caída del cabello.
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